Ya que el sentido de la vista del bebé no está totalmente desarrollado en
el momento del nacimiento, los vínculos resultan principalmente del contacto
físico. Usted debe tratar de pasar tanto tiempo como le sea posible con su bebé
inmediatamente después del nacimiento, en la sala de partos. Pida a su médico
que pongan al recién nacido en el seno de la madre, ya que la primera impresión
que su bebé tendrá del mundo exterior será el alimento y el calor del cuerpo
materno.
“Compartir la habitación” es otra práctica que aumenta los vínculos entre
madre e hijo, algunos hospitales ofrecen la posibilidad de que el niño
permanezca con la madre en la misma habitación cuando no existen
complicaciones. Esto beneficia a ambos por el contacto de 24 horas diarias
durante los primeros días de su vida. El hablar suavemente a su bebé también
ayuda a fomentar los vínculos, los estudios demuestran que los lactantes
aprenden a distinguir la voz de su madre de la de otras mujeres en las primeras
semanas de vida.
Contacto visual
Los recién nacidos responden con más atención a las figuras que asemejan
caras humanas pocos minutos después de nacer. Al captar la mirada fija de su
bebé, usted puede establecer un lazo poderoso rápidamente.
Contacto físico
El manejo cuidadoso y el roce con la piel pueden facilitar el contacto
físico con el bebé. Esto crea un sentido de seguridad y confianza con la madre
y el nuevo ambiente. Precisamente lo que un recién nacido necesita.
Las caricias, los mimos y los latidos del corazón unen física y
emocionalmente a la madre y al bebé.
¿Qué efectos tienen los
vínculos en las relaciones madre e hijo?
Generalmente, las madres que pasan más tiempo con sus recién nacidos y los
atienden frecuentemente, desarrollan un fuerte ambiente que le rodea, se siente
más seguro como miembro de la familia y se desarrolla mejor.
Por Pfizer Nutrition
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